Innegablemente, Barcelona es una ciudad que enamora y en la que siempre hay algo que hacer: desde embobarse paseando por sus calles llenas de contrastes, apuntarse a los muchos planes de su agenda cultural o deleitarse en los muchos de sus bonitos restaurantes o cafés.
El pasado fin de semana, sin dejar que la lluvia nos impidiese disfrutar del día, dimos un paseo, paraguas en mano, hasta llegar a La plaza del Duque Medinaceli, donde se encuentra el bonito hotel en Barcelona Soho House y en el bajo, el maravilloso restaurante italiano Cecconi's. Es puro espectáculo para la vista y para el paladar.
Reservamos mesa con antelación, porque el fin de semana que escogimos para ir eran las fiestas de Barcelona, La Mercè, y sabíamos que esos días la ciudad condal iba a estar abarrotada.
Nada más entrar ya el lugar te llama, con ese cierto aire art-decó tan cuidado, con una calidez que te hace deleitarte con cada rincón, bien estudiado. La barra de cócteles, las lámparas, el ladrillo en las bóvedas del techo, los cuadros, las plantas, y esa maravillosa barra donde se ve trabajar a cocineros.
La pasta la preparan casera allí mismo, y es parte de los platos estrella de la carta, así como las pizzetas. Por eso mismo, no dudamos en probar ambas cosas. Empezamos con unos Bloody Mary y, para compartir, una pizzeta margarita con mozzarella de búfala y unos calamares fritos con pimientos de padrón y alioli de limón. Como platos principales, yo opté por pasta y probé los impresionantes Agnoloti del plin con trufa negra, Borja prefirió probar el escalope a la milanesa con limón y sal. Dejamos un huequito para el postre: yo un sorbete de cereza y Borja unos profiteroles con helado de pistacho y chocolate caliente. ¡Todo realmente riquísimo!
La próxima vez que vayamos será un domingo, ya que tenemos muchas ganas de probar el Brunch buffet que realmente pinta delicioso.